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¿Quiénes son los faltos de valores?

El Colegio de Profesionales en Servicio Social de la Provincia de Córdoba, habiendo tomado conocimiento de la Resolución 598/2019 del Ministerio de Seguridad de la Nación, por el cual “resuelve crear el SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO EN VALORES como ámbito de integración y cohesión social para jóvenes de entre 16 y 20 años”; y en cumplimiento de la Ley Federal de Trabajo Social Nº 27.072/2014 (Art. Nº 3, Inc. a) que tiene por objetivos de la profesión los de “…contribuir a la defensa y reivindicación de los derechos humanos, la construcción de ciudadanía y la democratización de las relaciones sociales…”; expresa su preocupación y más enérgico repudio a lo resuelto en dicha Resolución.

Los fundamentos y articulados de la misma, exponen los valores con los que el gobierno nacional intenta implementar un espacio de capacitación y socialización en la adquisición de valores. La Ministra en conferencia de prensa sostuvo que “no se debe cargar de prejuicios la iniciativa”; sin embargo, el texto de la resolución y los argumentos vertidos oficialmente parecen partir de la consideración de que hay jóvenes en la argentina que “carecerían” o contarían con “déficit” de valores en su desarrollo personal como para la integración social (esto constituye, claramente, un prejuicio en torno a las potencialidades de las poblaciones juveniles).

Para la profesión del Trabajo Social, la realización de un diagnóstico de la situación para la implementación de estrategias que puedan contribuir con la resolución de múltiples problemáticas sociales, implica a la pregunta como dispositivo metodológico que favorece la racionalidad en el diseño de políticas públicas. Por esto nos preguntamos: ¿por qué el gobierno anuncia esta iniciativa en esta singular coyuntura sociopolítica? ¿Por qué es la Gendarmería Nacional la que debe “formar” en valores a jóvenes? ¿Existe la posibilidad de que haya personas -de cualquier edad- que “carezcan” de valores? Por último ¿este Servicio Cívico que ofrecerá Gendarmería Nacional (de dudosa voluntariedad) tendrá la potencia de formar en valores democráticos y republicanos, fomentar el compromiso personal y por la comunidad, hábitos responsables, estimular la finalización del ciclo educativo obligatorio y la promoción del desarrollo de habilidades para el trabajo, culturales, oficio y deportes?

Por otra parte, lo que sí ha quedado evidenciado en estos años es la devaluación que el gobierno nacional ha operado en las instituciones educativas, culturales y deportivas, en consonancia con la desjerarquización realizada por Poder Ejecutivo Nacional con la reducción presupuestaria en educación y el aumento en seguridad. Recordamos además que la Gendarmería Nacional no tiene como función brindar servicios educativos, deportivos ni culturales a jóvenes, ya que para ello se encuentran las escuelas, universidades, clubes, agencias y organizaciones directamente vinculadas a estos asuntos, que integran nuestro profuso sistema educativo, deportivo y cultural en todo el territorio nacional.

Desde el año 2015 el gobierno ha basado sus definiciones en un plan sostenido de reducción de las políticas públicas (“quita de subsidios”) que aspiraban a brindar cada vez mejores condiciones de seguridad social. De esta manera se avanzó en la reducción a un Estado Mínimo, que sólo garantiza seguridad a los poseedores de bienes (en el mejor de los casos), excluyendo de la protección estatal y la que “posibilita el acceso al mercado” por la reducción del empleo y el aumento de precios.

El Ministerio de Seguridad debe garantizar que el monopolio de la fuera que detenta el Estado sea coherente con los valores y objetivos que se exponen en la Resolución 598/2019; mientras que “…la inseguridad debe combatirse (…) en gran medida a través de lucha contra la inseguridad social, es decir, desarrollando y reconfigurando las protecciones sociales…” (Castel, R. 2004), desde las instituciones educativas, deportivas y culturales.

El gobierno nacional, con este proyecto, entendería que el país tiene jóvenes que no cuentan con valores y que son quizás potenciales generadores de inseguridad para el resto de la sociedad. Jóvenes en profundos procesos de exclusión, que ni siquiera pueden “caer en la escuela pública” (según expresiones del Presidente), ¿deberían ahora “caer” en la Gendarmería? Son muchas preguntas e interrogantes que como sociedad debiéramos hacernos antes de avanzar en este tipo de definiciones.

Ciudadanos con valores cívicos, democráticos, republicanos y comunitarios, son aquellos que pretenden una “sociedad de semejantes, es decir, un tipo de formación social en cuyo seno nadie está excluido porque cada uno dispone de los recursos y del acceso a los derechos necesarios para mantener relaciones de interdependencia (y no solamente de dependencia) con todes” (Castel, R. 2004, p. 117). Es por esto que volvemos al título de este comunicado y nos preguntamos: ¿quiénes son los faltos de valores?

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