Día del ambiente, ¿sólo una fecha o un campo en disputa?
El 5 de junio es el día mundial del ambiente…Una fecha más en el calendario ambiental. Mencionar el por qué se recuerda, seria de una redundancia repetitiva de estos días que muchos espacios de comunicación masiva se encargan de hacerlo.
Reflexionar acerca del ambiente y los derechos humanos, un necesario ejercicio político y disciplinar.
Lo Político pues hoy mas que nunca el ambiente, es ese espacio relacional en donde los significados, los sentidos, las practicas sociales, los intereses, se manifiestan y se expresan a través de organizaciones sociales en general y en particular por organizaciones campesinas, grupos étnicos, comunidades originarias, etc. Pero a su vez los modelos productivos y financieros producen significados y prácticas que territorializan el ambiente legitimando modos de apropiación y comprender ese espacio.
Considerar el ambiente como un espacio relacional mucho mas amplio que la naturaleza, es también un ejercicio disciplinar y ético. Un desafío para nuestra profesión, hoy el ambiente se ha transformado en el lugar por excelencia de concurrencia de distintas corrientes epistemológicas que interpretan, significan y aportan a la construcción de una política pública que está ligada a la salud, a los derechos humanos, a la economía, a la producción, a las estrategias de vida de quienes somos parte del ese ambiente. La conflictividad ambiental, particularmente en nuestra provincia, es un ejemplo de como el ambiente dejó de ser una propuesta filantrópica para ser una referencia política.
En este sentido y en estos tiempos de hegemonía financiera es interesante recordar a Enrique Leff cuando nos dice que: “El discurso del desarrollo sustentable está siendo asimilado por la racionalidad económica y por las políticas de capitalización de la naturaleza, pero los principios de la sustentabilidad se están arraigando en el ámbito local a través de la construcción de nuevas racionalidades productivas, sustentadas en valores y significados culturales, en las potencialidades ecológicas de la naturaleza, y en la apropiación social de la ciencia y la tecnología. Mientras la globalización promueve la distribución espacial de su lógica autocentrada, penetrando cada territorio, cada ecosistema, cada cultura y cada individuo, las políticas de la localidad están construyendo una globalidad alternativa desde la especificidad de los ecosistemas, la diversidad cultural y la autonomía de las poblaciones locales, basadas en una racionalidad ambiental”. El trabajo social como disciplina, anclada en lo territorial en términos no solo de profesión también de generadora de conocimiento, tiene un desafío para que esa nueva globalidad alternativa de la que habla Leff permee e interpele la política pública.
Por: Comisión de Ambiente y Sociedad del CPSSPC
NOTA; Comisión se reunirá el próximo 28 de Junio a las 15 hs en la sede capital del CPSSPC.