Pobres o normales: las palabras como actos de discriminación
Por: Mgter. Mariana Patricia Acevedo
Escribo estas líneas movilizada, como muchos de nosotros por el ataque y a la vez la construcción de sentidos que el macrismo viene generando. Lo hago además motivada por la presentación que hice de estas ideas en dos encuentros de estudiantes de trabajo social: el IV ENETS (Encuentro Nacional de Estudiantes de Trabajo Social Córdoba), y el II CONAPPU (Congreso Nacional de Políticas Públicas) organizado por estudiantes de la Carrera de Trabajo Social de San Juan.
En primer lugar quiero agradecer a las musas inspiradoras de estas reflexiones. Los funcionarios de la Alianza Cambiemos, quienes no dejan de producir, con sus palabras, hechos.
En segundo lugar a los colegas, estudiantes, amigos que me enviaron frases inspirados.
Obviamente al Colegio de Profesionales en Servicio Social de la Provincia de Córdoba por su invitación a que las revisara para ser publicadas.
Definitivamente somos la mitad varones y la mitad mujeres y cuando la sociedad integra esas dos mitades estamos mejor…
El que tiene hambre de verdad come cualquier cosa.
Podemos volver a decir “puto de mierda” sin que por eso nos digan que somos “opositor.
Había que pegar un volantazo, se pegó y había que pagar algún costo que es lo que está pasando hoy.
Vengo a proponerles una hoja de ruta.
Encontramos un Estado desordenado y mal gestionado, con instrumentos de navegación rotos, un Estado plagado de clientelismo, de despilfarro y corrupción, de ñoquis..
Cambiamos futuro por pasado.
No hubo 30 mil desaparecidos, se arregló ese número en una mesa cerrada.
Avanzar en un sistema más justo de tarifas para proteger a los que más tienen.
La droga mata a los pobres como a la gente normal.
El trabajo es una bendición
La gente ya es mucho más feliz, no lo dice el gobierno, lo dice el mercado.
El principal aporte a la pobreza cero es la esperanza de estar mejor.
A los que hacen trabajo inútil o los inútiles.
El sufrimiento de la gente era necesario para ver si podemos crecer.
Que es eso de crear universidades por todos lados…
Estamos en una etapa nueva y hay muchos actores que se resisten al cambio, pero la sociedad está acompañando. En una enorme mayoría hay esperanza.
Hay que terminar con la pedagogía de la compasión.
Las docentes planean los embarazos para cobrar sin trabajar.
Encontramos un Estado vacío de contenido y lleno de militantes, indicó Prat Gray, y agregó no vamos a dejar la grasa militante, vamos a contratar gente idónea».
Al que le parezca cara la nafta, que no cargue.
No queremos emprendedores culturales pensados como bohemios, sino agentes reales de comercio.
No hay tarifazos, lo que hay es un sinceramiento de la economía.
No hay desocupación.
En Brasil no hay un golpe, hay un reacomodamiento institucional!
El ingreso irrestricto no se puede poner por ley porque, advirtió, «lamentablemente no hay espacio para las prácticas que uno quiere hacer». Esa medida, añadió, se basa en «una propuesta demagógica» del anterior gobierno.
La Ley de Medios forma parte del pasado.
La regulación de la ley de Medios no va a subsistir en nuestro Gobierno.
No se disparó la inflación, lo que hubo fue una corrección de precios relativos.
Te juro que a mi me duele no renovar esos contratos, pero en el segundo trimestre vamos a estar mejor te lo aseguro»
Hay que estar atentos no va a ser cosa de que dentro de 4 años venga un santiagueño y se convierta en presidente de la nación.
Lo bueno es que comenzamos a regar la plantita de la confianza.
Las mujeres tenemos una mira diferente que pueda complemetar la mirada de los varones…
El gobierno solo no puede, necesitamos que nos acerquen ideas…
Hay que terminar con la pedagogía de la compasión.
Las docentes planean los embarazos para cobrar sin trabajar”.
Cuando uno ve las películas de países nórdicos se ve que la gente cuida mucho el gas.
La lista se actualiza y ensancha cotidianamente, ya que la producción de ideas y hechos es increíble, impensable y con efectos inmediatos. Las ideas, lecturas y categorías que me propongo compartir reconocen intereses y acumulaciones desde el campo profesional que tienen en mi ya larga data (casi tan larga como los años desde los cuales elegí esta profesión), y se actualizan a la simple lecturas de las categorías que Alianza Cambiemos está construyendo.
Hace ya más de 30 años que me desempeño (en dosis distintas según las épocas) en la docencia y el ejercicio profesional, y desde tiempos remotos mis preocupaciones se ubican en: la relacion entre modos de nombrar y modos de intervenir, y en particular como los modos de concebir y nombrar a los sujetos constituyen actos de intervención. En este marco, advierto un cumulo de producciones discursivas que nos mantienen todo el tiempo en alerta ante las nuevas categorías y modos de nombrar a los sujetos que las autoridades gubernamentales propone, y, el sentido común en muchos casos reproduce.
En el 2014 dicte una clase en la Maestría en Trabajo Social en Paraná y posteriormente escribí un articulo al que titulé: Revisiones necesarias y urgentes en torno a los sujetos de la intervención profesional: ¿Merecedores de ayuda o titulares de derechos? En el mismo alentadoramente concluía que los trabajadores sociales estábamos obligados a:
No obnubilarnos con la nueva era de derechos, reconocer los cambios a los que estamos asistiendo como piso para conquistas mayores en torno a más igualdad y justicia para todos.
Ser persistentes en nuestras líneas de investigación y estudio, recuperar nuestros productos, nuestras preocupaciones, nuestras líneas de indagación…
Preguntarnos cuánto queda en nosotros de la vieja distinción entre “merecedores” y “no merecedores”, que ha operado como clausura de la conciencia de derechos.
Seamos conscientes que la ampliación de derechos sociales aun no es percibida por todos los titulares y/o potenciales titulares como tales. Aun circulan sujetos que demandan ayuda, que requieren favores, que se dirigen a los intermediarios, gestores…entre ellos estamos los trabajadores sociales.
Reconocer las diversas posiciones de sujetos y las luchas por la inclusión de los mismos en los diversos espacios por los que circulan y, además de reconocer y acompañar estas luchas y reivindicaciones, con información, con atención, con más y mejores niveles de atención individual, familiar y colectiva.
Reconocer las diversas identidades (individuales y colectivas) y reafirmar aquellos rasgos de identidad positiva, muchas de las luchas que aún faltan están ligadas al reconocimiento. Vale recordar que el poder de la posición supone también el poder de nombrar, de legitimar, de impugnar. Hacerse reconocer implica legitimar una cierta identidad pretendida, rechazar una identidad imputada, dar nuevos contenidos a la clasificación dominante, imponer un eje de clasificación más favorable, atribuir identidades, jugar con la valorización o discriminación del otro.
Nuestra inserción privilegiada de agentes estatales en contacto directo con estos sectores y de relación directa con los otros agentes, estatales y sociales, nos otorga un lugar y una responsabilidad privilegiada en la impugnación de discursos y prácticas discriminadores, elitistas, clientelerales. Tenemos por delante entonces una larga lucha discursiva y política, legitimar derechos en los titulares y legitimar derechos en el resto de la sociedad, en los que no necesitan o demandan la AUH, el Procrear o el Progresar. Esos otros que rondan los espacios en que intervenimos. Esos otros que, en más de una ocasión, somos nosotros. Volveré sobre alguna de estas ideas mas adelante.
Las novedades en los modos de nombrar lo social: A mi criterio la novedad hoy está en que quienes nominan, categorizan, y lo hacen de un modo humillante y despectivo son los representantes del estado, los políticos que fueron elegidos por el 51% de la población, entre quienes sin dudas hay muchos de los nominados como ñoquis, grasas, etc.etc. En meses nomas pasamos de escuchar palabras como derechos, inclusión, redistribución, pueblo, equidad ,justicia, igualdad , educación pública, salud pública, a escuchar los pobres, la gente, anormales, ayuda, felicidad, la gente a esperanza, el amor, la voluntad, alegría, la ultima : entusiasmo. “Positividad inteligente”, “Entusiasmo y superación del melodrama”, un “Taller de escritura” y por último una charla sobre “Ganas de vivir”
Mis preocupaciones se enmarcan en algunos supuestos teóricos que constituyen también posicionamientos políticos; en primer lugar considerar que la profesión no es una categoría abstracta que pueda definirse al margen del contexto (dinámico, frutos de tensiones y conflictos) ni al margen de lo que los agentes actúan, el contexto no es mero escenario en que se desarrolla nuestra profesión, sino que en parte nos constituye. Una segunda cuestión remite a concebir la intervención no como un mero hacer, sino como el horizonte donde se juegan las miradas epistemológicas y de la teoría social. De allí entonces la importancia de las miradas, ya que ellas nos están direccionando nuestra interpretación del fenómeno. Y según como interpretemos el fenómeno, los caminos de intervención serán diferentes. No basta con intervenir fundadamente, debemos asumir otro desafío más al que nuestra breve historia nos enfrenta: la lucha discursiva Y por último, la comprensión que del trabajo social como una profesión que sólo se realiza en presencia de otro/s, de manera que las concepciones vigentes en torno a ese otro afectan directamente el sentido y direccionalidad de la actividad. Y, si en las ciencias naturales pueden encontrarse coartadas, en las profesiones vinculadas a las ciencias sociales no puede negarse que las intervenciones profesionales afectan a los otros. Consecuentemente con lo afirmado constituye un aspecto central de la intervención, cómo se define y caracteriza a los sujetos con los que interactuamos. Somos quienes mayoritariamente nos encontramos con los excluidos, los orilleros, los que no tienen trabajo, los que sufren violencia cotidiana. O sencillamente es una voz que no se pronuncia en el espacio público de contienda de las interpretaciones de los problemas sociales. Tanto en las respuestas-explicaciones cuanto en las propuestas de intervención habrá disputa de sentido, conflictos por imponer visiones de ver y hacer, discursos y prácticas que luchen por imponer su sentido.
La relacion entre modos de nombrar a los sujetos y modos de acción/intervención estatal: Aun cuando no se los nombra, en estos primeros días de gobierno viene quedando claro que no solo hay pobres, y normales, sino perdedores y ganadores. Así, los pobres son configurados como anormales y perdedores. Y Los perdedores, cada vez son más, y cada vez más diverso el abanico que los contiene. Los ganadores cada vez más claro quiénes: las empresas mineras, agroexportadoras, grandes pesqueras, fondos buitres, distribuidoras de luz y gas, empresas petroleras, entidades financieras, entre otras. Entre los perdedores, además de las pérdidas materiales, del deterioro de las condiciones salariales, de la pérdida de políticas de reparación y redistribución, perdieron, están, o estamos perdiendo la dignidad como sujetos de derechos. Están, estamos siendo nominados de modos diversos, hasta ahora todos ellos negativamente: anormales, ñoquis, grasa militante, inútiles, entre los más nombrados y consensuados por el stablishment de Alianza Cambiemos
En esta lectura, no se menciona la pobreza, sino los pobres, y a estos no se les opone la riqueza sino la normalidad, se quita entonces el carácter relacional de un fenómeno no natural, ni espontaneo ni fruto del devenir. De la inclusión a la normalidad… bajo que parámetros? Quien o quienes son los normales? Y quien o quienes definen lo normal y lo anormal?
La tentación de la restauración por el orden a la que la profesión ha estado llamada en diversos momentos de su historia nos acecha… cuidémonos de ella…
Si en el 2014 decíamos que era posible observar avances en políticas de reconocimiento, tales como los modos de nombrar, por caso a los homosexuales, u otras formas de identidad de género, nos encontramos con que el macrismo ha permitido y facilitado un retroceso en la lenguaje que va desde volver a legitimar la palabra: putos o tortas, hasta revisar el numero de desaparecidas, y tratar un hecho tan doloroso para el país como una cuestión estadística. El deseo de restaurar un orden, un mapa de jerarquías –sexuales, raciales, de clase en que los putos y las tortas vuelvan a su lugar, que las mujeres sean la media naranja, que los negros sean eso que siempre fueron: “negros”, que los pobres sean pobres, que los militantes sean grasa, los trabajadores estatales ñoquis. Una inusitada violencia discursiva estigmatiza al nombrar despectivamente lo que luego de años de luchas y conquistas habíamos logrado nombrar de un modo digno.
La tentación por decir: hay algunos que se merecen que los echen… o yo conozco algunos que mejor perder que encontrarlo… vigilemos nuestros prejuicios… y devolvamos a la impugnación a los otros…, la tentación por cambiar reconocimiento de las diferencias por patologización, normalidad , acecha..
Lo que se enfrenta y se denigra es el significado de determinadas palabras que, en un largo proceso de restitución simbólica habíamos logrado instalar. Así, ser trabajador contemplaba las amas de casa que se jubilan, el trabajo sexual, el trabajo de los presos, el trabajo rural, hablábamos de “orientación sexual” y decir putos de mierda estaba vedado. A veces a partir de los derechos y las leyes, a veces tensando el orden del derecho como única fuente de identidad, en gran parte por una rica combinacion de luchas por la igualdad y el reconocimiento de colectivos y movimientos sociales que por años los reivindicaros y un estado que supone escuchar, tomar esos reclamos y convertirle en derechos… en el escenario de los últimos años aparecieron los sujetos con tada su diversidad, la cultural, la de género, la religiosa, la generacional… y aparecieron y se instalaron las palabras que los nombraron de un modo diferente, más digno, menos denigrante. Pero en la lengua Alianza Cambiemos, lo que prima es el orden, las jerarquías, la restauración, la demarcación.
La tentación por el orden la jerarquía, la restauración, la demarcación, de quienes merecen y quienes no, quienes ingresan y quienes no, la focalización acecha…
Otra operación a la que estamos siendo sometidos, es a la apelación a términos de tipo moral para explicar, prever o responder a problemas sociales y políticos. Así, felicidad, esperanza, estar bien, alegría, entusiasmo, parecen estar supliendo a las categorías de redistribución, equidad, derecho, justicia, igualdad
Frente a este nuevo modo de nombrar, que al menos nos desorienta (por lo llano y burdo al mismo tiempo), no podemos, bajo ningún punto de vista caer en la tentación de considerar que son explicaciones desde la ignorancia, la distracción, la falta de mérito, la imbecilidad, o la confusión , ya que un análisis simple como el que venimos realizando, indican que son categorías que se usan para explicar lo social desde el sentido común de los que desprecian… ni siquiera de los que mandan…
Concomitante a estas definiciones, hay un conjunto de definiciones que provenientes del campo de la macroeconomía afectan y se relacionan con la vida cotidiana de todos y cada uno de nosotros, se está cambiando mercado por política. De allí que las políticas públicas y sus programas son sido privados de recursos, están desfinanciados y son afectados por los despidos de trabajadores del Estado. Para agravar la situación muchos de los empleados estatales que permanecen en sus cargos no reciben lineamientos de sus nuevos superiores ni tampoco se les asignan tareas. La mayoría de ellos viven atemorizados porque, en esta situación, corren el serio riesgo de ser acusados de “ñoquis” y luego despedidos por ese mismo motivo. El más contundente es, sin duda, el despido de agentes del Estado. No es que no se los necesite o que no tengan tareas. Lo que ocurre es que el Estado que proyecta el macrismo, ese que paulatinamente va dejando sin efecto o reduciendo a su mínima expresión las políticas públicas, requiere de muchos menos agentes. No importa si se trata de las políticas de desarrollo energético en programas tales como la central de Atucha, el plan “Remediar” para proveer de medicamentos a los sectores más pobres, el “Progresar”, el “Conectar igualdad” o los planes de vivienda. Lo concreto es que el Estado decide desentenderse de estas responsabilidades.Se entiende que el Estado no debe intervenir dado que el mercado es “sabio” por sí mismo y puede alcanzar la autorregulación, tan sabio que como dijo hace pocos días el Pte. Del Banco Central: La gente ya es mucho más feliz, no lo dice el gobierno, lo dice el mercado…La segunda referencia tiene que ver directamente con la manera que el neoliberalismo tiene de entender las políticas públicas. Antes que una acción para garantizar derechos sociales y ciudadanos, se trata de iniciativas que el Estado toma subsidiariamente, es decir, de manera excepcional y para suplir carencias, limitaciones o problemas ocasionales de determinados sectores y actores. Donde el mercado no llega, el Estado tiene que acudir en auxilio. Son múltiples las razones que se aducen: revisión, adecuación, auditoría, reducción presupuestaria. Al margen de los motivos la paralización de las prestaciones impacta de manera directa en la calidad de vida de los sectores más pobres. Las políticas sociales, que en democracia se entienden como parte integral de la gestión de gobierno para garantizar derechos ciudadanos, desde la perspectiva neoliberal son leídas como fuente de gasto y no como inversión social. Es lógico, en consecuencia, que dentro de la política de ajuste fiscal que se viene aplicando no haya recursos para políticas sociales y los programas correspondientes. El aumento de las tarifas de los servicios públicos también empeora las condiciones de vida de los pobres y de los asalariados que, por efecto de la inflación, ven con preocupación que no pueden hacer frente a sus obligaciones. La inflación se “come” los salarios sin recomponer. Los comedores populares, que pulularon después del 2001 y que en su gran mayoría habían desaparecido o se habían reconvertido en los años subsiguientes, se están reinstalando ahora en muchos barrios. Es parte de la estrategia de sobrevivencia.
Qué hacer? Lejos de mi esta dar recetas, en todo caso la pregunta de Lennin se actualiza, y en este último apartado, retomando los brillantes aportes de Alvaro Garcia Linera, los invito a:
No perder la indignación, las cosas que pasan no son fruto del devenir histórico, la sociedad es una construcción y los modos de nombrar lo social, también lo son.
Volver la indignación en acción: la palabra es una herramienta de acción, y los universitarios estamos en un lugar privilegiado (todavía) para reconocer, y pronunciar palabras diferentes para los mismos fenómenos: los empleados estatales no son grasa militante, ni ñoquis, los pobres son tan o más normales que la vicepresidente, y su posición es fruto de una relacion: hay pobres porque hay ricos y podríamos continuar con este ejercicio de explicaciones.
Sabemos que la hegemonía se ejerce fundamentalmente en términos de legitimación, lo que supone que la dominación no es sólo económica sino simbólica y cultural, eso es lo complejo de desentrañar y revertir. Solo desde la hegemonía del sentido común que el Alianza Cambiemos esta instalando se explica la impunidad discursiva .
A la lucha por sostener los puestos de trabajo y por defender las políticas de ampliación de derechos, el desafío es más complejo, ya que se trata de resquebrajar esos resortes sensibles que conforman el sentido común, que producen cultura y constituyen una plataforma de consenso social habilitante para que la gestión macrista avance con sus medidas antipopulares, con el ajuste y el vaciamiento del Estado.
Pretendía cerrar con una frase, texto o idea que nos ayudara a soportar los cambios, que nos permitiera seguir apostando a los colectivo, que nos impulsara a no resignarnos a lo posible sino mas bien apuntar a las acciones necesarias, pensé en recuperar a Gramsci o Paulo Freire, con ellos me formé en la militancia de los 80 y de ellos recuperaría la noción de construcción de hegemonía y en tal marco el trabajo cultural y simbólico, el dialogo de saberes y la educacional popular… Tenía a mano también brillantes y hermosos textos del comandante Marcos, aquel en el que define a la palabra como bisturí con el cual también se puede combatir “Hacer de la palabra bisturí y megáfono es ya un desafío descomunal. Con palabras podemos confesar nuestra confusión nuestra impotencia, nuestra ira y nuestras opiniones. Con palabras nombramos aún nuestras pérdidas y nuestra resistencia porque no tenemos otro recurso. Porque los hombres están indefectiblemente abiertos a la palabra y porque poco a poco son ellas las que moldean nuestro juicio. Nuestro juicio, temido a menudo por quienes detentan el poder, se moldea lentamente, como el cauce de un río, por medio de corrientes de palabras. Pero las palabras sólo producen corrientes cuando son pronunciadas por un colectivo y construidas sobre bases absolutamente creíbles.” Que palabras más pertinentes para cerrar que las dichas y escritas por Eva Perón en la Razón de mi vida…donde hay una necesidad hay un derecho… u otras tantas similares…
Me quede con Capussotto, porque ante tanta agresión mediática , ante tanta palabra a las que les cambian el sentido, ante tanto bajón, que mejor que regalarles y regalarnos unos 5 minutos de ese humor tan sarcastico y a la vez tan real conque Miky Vainilla deleita a mas de una generación. (9na temporada, 3er.programa)
Junio 2016